Cual cuerda ininterrumpida que infinitas vueltas da, blanca, pura y cristalina... como agua de manantial cuyo ser es el anhelo a quien debo hoy amar. Como deseo, cual polvo, que agitará el vendaval, así quedará mezclada, entre aguas claras quizá en esos ríos que bañan, irá formándose un barro... ¡no lo permitas jamás! Pues sin truncar el camino lleva la cuerda el destino, limpio, claro y cristalino, por el que has de transitar, afírmalo y sentirás con el corazón ardiente… dar cabida a lo que sientes sin aborrecerlo jamás. Ana María Zacagnino (En la voz de la Autora) :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-: No está permitido el uso y la copia del material escrito, gráfico y auditivo sin previa autorización de la autora




                         




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