Si supieras que congoja me dejaste al partir... y tu cuerpo hecho raíces sobre el mío. Y al sentir que te llevaba muy dentro y nunca fuera de mí... me sentí con la alegría de una mujer muy feliz. Pues tú estabas en el cielo, pero también junto a mí. A mi padre mis hermanos, hijos y nietos sin fin. Ana María Zacagnino :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-: No está permitido el uso y la copia del material escrito, gráfico y auditivo sin previa autorización de la autora