Quiero ser alegre como un manantial... Quiero ser la virgen, quiero ser el mar. Mas quiero y no logro, jamás alcanzar la copa de amor de aquél pedestal. No puedo lograrlo, mas debo triunfar. Y no decaerme... Por siempre, jamás. Si ves que lo quiero... -Señor, háblale y dile al oido… Que son para Él… Mis ojos, mis labios y mi dulce piel... Todo mi ser, dile... ¡Hoy es para Él! Ana María Zacagnino Derechos Registrados



                   





imagen facilitada por Ana María Zacagnino
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